La Generación de las Olimpiadas

26 01 2009

En mi última entrada colgué un texto sacado de Californication, la genial serie de David Duchovny; concretamente del sexto capítulo de la primera temporada (tenía puesto «séptimo capítulo» pero veo que la memoria me va fallando y he tenido que comprobarlo) en el que una rasgada voz en off de Madeline Zima, Mía Gross en la serie, trata con crudeza las diferencias y similitudes entre individuos de diferentes épocas.

Yo voy a intentar lo mismo con mucho menos tino y paciencia. Todo esto viene del sábado pasado. Pasé la noche con unas chicas a las que les saco unos años. Son todas de 16-17 años y, a pesar de que me llevo muy bien con ellas, no me identifico en absoluto. Me siento el hermano mayor y responsable que cuida de ellas, no como un chico de casi su edad. Hay un abismo entre nosotros. Pero hay algo más, algo le pasa a esa generación. Quizá esté yo exagerando o me esté dejando llevar por un caso concreto que no tiene nada que ver con la mayoría.

Voy a explicar un caso concreto para que os hagáis una idea. Nerea es una chica del grupo con la que apenas tengo confianza pero nos llevamos bien. El sábado hubo un momento en el que se meaba necesitaba ir al baño y le dije:

-Si quieres ir al baño, podemos ir a la sidrería de aquí al lado. Yo me pido una sidra y tu vas tranquilamente sin que los dueños te digan nada.

Ella me miro toda soprendida y con cara de cordero me contestó:

-¿De verdad harías eso por mí?

No me esperaba esa respuesta precisamente. ¿Qué les pasaba a estas chicas? ¿Todos los tíos de sus vidas han sido unos canallas? Es evidente que no están acostumbradas a que las traten bien.

Después del paseillo al baño, mi mejor amiga se enteró de lo que ellas consideraban una hazaña, se dedicó a darme abrazos y decir a todos lo bueno que era. Le tengo mucho cariño, pero mientras correspondía a sus cariños y observaba a una Nerea pletórica, no podía dejar de pensar en todo esto que he terminado poniendo por escrito.

¿Soy yo el raro? ¿Le doy demasiadas vueltas a las cosas? Quizá el único problema es la juventud que las caracteriza. Veremos que depara el futuro, todo el mundo termina madurando. Y yo… intentaré seguir ahí.

Y de paso, estreno mi cuenta dailymotion y os dejo la curiosa escena de la que hablaba al principio:





Otra generación perdida

22 01 2009

Roma arde, dijo mientras se servía otra copa, y sigo hundido en un río de mujeres.

Aquí llega, pensó ella, otra diatriba empapada en whisky sobre lo maravilloso que era todo en el pasado. Y sobre como nosotros, pobres almas perdidas, nacimos tarde para ver a los Stones o para esnifar coca como ellos en el Studio 54. Parece que todos hemos perdido todo aquello por lo que merece la pena vivir y lo peor de todo es que ella estaba de acuerdo con él.

Aquí estamos, pensó ella, en la cima del mundo, en el límite de la civilización occidental. Y todos nosotros estamos tan desesperados por sentir algo, cualquier cosa, que seguimos chocando unos contra otros y jodiéndonos el camino hasta el fin de los tiempos.

Hasta el fin de los tiempos…





Future

22 04 2008

Hace escasos días tuve una interesante conversación con mis compañeros de profesión (véase Amigos).
¿Tema central? Nosotros, nuestra generación. Las razones de nuestros nacimientos, el contexto de nuestra aparición en este mundo. ¿Nuestros padres hicieron bien al llamar a la cigüeña?

Gatit:
Se ha hablado del baby boom, de la Generación X (y su indiscutible líder, Kurt Cobain) y de los tiempos de la movida y todos sus protagonistas. ¿Pero de nosotros? ¿Quién ha hablado de nosotros? ¿Quién son nuestros líderes? ¿Cuáles son los ideales que retumban entre los latidos de nuestro corazón?

Nosotros vivimos el auge de Internet; es más prácticamente le dimos vida. Nosotros vivimos el culminación del móvil como instrumento inútil. Nosotros vivimos el 11-S. Nosotros conocimos el inicio de las modas pasajeras y estúpidas. Nosotros vivimos Irak.

La generación más consumista, estúpida e incomprendida. La generación más individualista, desafiante y creativa.

Creo que nos merecemos un reconocimiento. Nosotros heredaremos la tierra.

JD:
Nuestra generación ha vivido todos los momentos malos, aunque la gente piense que son cosas buenas.

Bio:
No todos son momentos malos, por ejemplo, internet y el móvil representan un gran avance, aunque Gatit piense que este último instrumento no solo es inútil sino una especie de cadena que coarta la libertad individual (curioso, cuando tienes un móvil con todas las pijadas que se pueden incorporar a él).

Hemos vivido muchas cosas, el problema es que solo nos acordamos de las malas, pero presenciamos grandes cambios.

Fijaos en las siguientes generaciones y en quienes nos han precedido, quizás es demasiado exagerado pero somos un punto de inflexión, un punto en el que las cosas pueden cambiar, nuestras decisiones y nuestros ideales, los cuales durarán poco tiempo, por desgracia, en este mundo sin conciencia, pueden marcar la diferencia.

Para bien o para mal las cosas tienen que cambiar, han de cambiar y nosotros que dentro de nada recogeremos la antorcha de nuestros predecesores debemos cumplir con nuestra labor obligatoria, no se la hemos pedido a nadie y se nos hace responsable de errores pasados, pero ya va siendo hora de que dejen de decir «a dónde iremos a parar con esta juventud» y afrontar nuestro deber.

Puede que por mucho que lo intentemos no consigamos nada, pero si somos los primeros en esforzarnos, no seremos los últimos.

Estamos condenados a la autodestrucción desde el mismo momento en que el hombre piso la Tierra, pero no hace falta que mañana sea nuestro último día.

Cada día es un regalo, ¿por qué no luchar por uno más?, merece la pena estar aquí.

Photo by Walkyman